El primer punto tratado era particular, estos tres son competencias interpersonales. El quinto punto es el puente, entre el primero y los tres siguientes. Sin confianza no puede existir colaboración, coordinación o competencia. Es una amalgama, una particularidad interpersonal. Pero bueno, esperaré a leer la próxima
entrega para opinar más apropiadamente.
Ahora, respecto al tema en cuestión, y tomando un enfoque pragmático, basado en que el comportamiento es condicionado, y en la gran influencia del entorno en el desarrollo del individuo, me pregunto ¿Por que se es incompetente a la hora de competir? ¿Cual es la causa subyacente de este comportamiento y que acciones se pueden tomar para su correción? ¿Cuál es el motivo de la baja tendencia a la colaboración? ¿Por qué se dificulta la coordinación? y ¿Afinando estas habilidades se convierte uno en un mejor ciudadano, automáticamente?
Pues bien, vamos por partes. Se tiene una baja tendencia a la colaboración por que se carece de motivación, y ante el enorme mar de mediocridad que impera en todos los campos, no existe una consecuencia negativa inmediata y significativa que nos obligue a rectificar.
En cambio, cuando existe un motivo en la forma de uno o más objetivos en común y estos generan un satisfactor tangible e inmediato, los individuos son capaces de colaborar más abiertamente y de coordinarse de mejor manera. Dos ejemplos rápidos:
1) Las fiestas: Nunca he vista a la gente colaborar de mejor manera que cuando van a celebrar una fiestas. El grado de compromiso y trabajo en equipo me deja atónito – si así fueran para trabajar -. Ahi si todos se comunican, se ponen de acuerdo, ¡cumplen!. El satisfactor es el placer de convivir, socializar, festejar. La
consecuencia negativa es perderse de la fiesta, o hasta el rechazo y presión de grupo.
2) El famoso #yosoy132: Tiene por motivación la necesidad imperante de expresarse, manifestarse y lograr la atención e impulsar un cambio. La consecuencia de no colaborar es el daño moral provocado por la ausencia del satisfactor. De inmediato se implementó una colaboración significativa para lograr llegar a la meta. Lo lograron o nó, o si existen un “desvirtuación” en el movimiento es otra historia, pero de que colaboraron en grande, no queda duda.
Vamos ahora con la coordinación. La coordinación es el ordenamiento de esfuerzos para una acción común. La carencia de la misma es falta de estructura, la cual subyace en una tendencia a la evasión de la planeación. Se evade planear para entrar de lleno a la acción, sin pensarle, como el Borras. Este comportamiento impaciente se debe a una obsesión desmedida por la obtención del satisfactor buscado. Ejemplos abundan, malas inversiones, explosión demográfica desmedida, obesidad mórbida, etc. En estos casos, si existe una consecuencia directa y tangible, que obliga a corregirnos, a planear mejor, pero después de que ya metimos las cuatro. No contamos con una precognición adecuada, nos saltamos el análisis costo-beneficio, gran parte debido si, a la carencia del proceso del pensamiento crítico, pero no se puede llegar a este sin la aptitud y actitud adecuada, como mencioné anteriormente.
Un ambiente que propicie mediocridad no podrá nunca generar individuos capaces de planear, No puede existir organización sin planeación, ni coordinación sin organización. – Esto siempre me recuerda el chiste la fiesta a oscuras, jeje –
¿En dónde se genera la coordinación? ¿Cómo llegar a ella? En ambientes estructurados, que propician acciones premeditadas.
¿Que hay de la competencia? Existe, y mucha, lo que no hay es “sana competencia”. Competencia simple y llana es rivalidad, y esta abunda. Ser competente, por el contrario, no tanto. Para llegar a una sana competencia son necesarios muchos factores que enumeras en tu escrito, muchos cognitivos y otros analíticos. Si desmenuzamos tu definición encontramos que sana competencia es una integración de habilidades – intra e interpersonales – y conocimientos, es una capacidad constituida de otras más básicas acuñadas en un enfoque de contienda. Esta es la más compleja de las tres. La competencia es hermosa, realmente.
¿Cómo pueden estos factores formar mejores ciudadanos? No es un proceso directo, la obtención de estas capacidades no garantiza que se utilizarán para el fin adecuado. Debe existir el propósito de ejercer los derechos plenos de la ciudadanía como fin trascendental y tener el conocimiento de los mismos, su alcance, su propósito y un entendimiento de la circunstancia de alcance más global que particular. Es algo más difícil de lograr, más no imposible.