El matrimonio es compromiso, un acuerdo entre dos partes que no se puede romper. ¡Que no se puede romper! 😉

Sin embargo, aproximadamente la mitad de los matrimonios se rompen, como resultado, la tasa de divorcio es altísima. Esto se debe, en primera instancia, a que se percibe el compromiso como obligación y no como dedicación. Como consecuencia, el compañerismo se ausenta, se carece de una sociedad y se evita compartir lo esencial: ideas, planes y metas.

Comunión

La comunión es difícil de lograr, se requiere mucha socialización, el factor no es el tiempo de calidad, sino mucha cantidad de tiempo. Una domesticación, una costumbre, acostumbrarnos a la presencia de otra persona en nuestro propio espacio personal: Tener intimidad.

Intimidad

Intimidad no solo sexual, también emocional y mental. El cariño es que te importe la otra persona, su bienestar, que te duela su dolor. Es muy difícil ignorar o engañar a alguien cuando verdaderamente te importa, cuando te preocupa, cuando es algo preciado en tu vida.

Integración

El amor romántico, la sexualidad, es una parte muy importante de la vida en pareja, pero no lo es todo, un matrimonio no se compone solamente de erotismo. Por lo tanto, tu pareja ha de ser tu amigo también, además de admirarlo y compadecerlo.

La compasión no es tener lástima, sino que te importe su sufrimiento. De manera similar, la admiración no es idolatría, es reconocimiento, es apreciar lo mejor en su persona. Para poder lograrlo, necesitamos estar muy al pendiente, poner una gran cantidad de atención.

Dedicación

Para amar a alguién tenemos que conocerlo muy bien, aceptarlo como es, no como queremos que sea. Por esta razón, enamorarse de un desconocido es una ilusión, bella, embriagante, pero nada tiene que ver con el compromiso real. Ciertamente hay situaciones que pueden sacar lo peor de nosotros. Es por ello que el miedo a la intimidad y al compromiso es tan común, nos es difícil aceptar que la persona que más nos importa vea nuestro lado más oscuro.

Por lo tanto, para construir un buen matrimonio se necesitan dos cosas: Primeramente, toneladas de tiempo y dedicación, y en segundo lugar, mucho valor para comprometerte con una auténtica intimidad.