Ahora al gober se le ocurre hacer jale de los diputados y promover una ley que castigue más severamente a los “halcones”. Loable idea, más pone en evidencia que sigue empeñado el gobernador a evadir sus responsabilidades, aunque tenga que adjudicarse otras. Igonora olímpicamente que su responsabilidad es velar por la seguridad de la población estatal, no promover leyes, ignora (a propósito, con premeditación, alevosía y ventaja, no creo que nadie le “avisara”) que debería liderar la planeación, organización, ejecución y control de estrategias de seguridad para capturar, juzgar y encarcelar criminales, a través de las dependencias y estructuras necesarias, brindando el poder suficiente a cada responsable de cada estructura u modulo operativo.
¿Que se piensa el gober? ¿Que con aumentarles las penas ya se van a asustar? ¿No deberían atraparlos primero? Además, considerando la minúscula tasa de éxito en la persecución y encarcelamiento de criminales, menor al 5%, el promover leyes sale sobrando, asegurarse deberían primero de que las actuales se cumplan, y no permitir que los criminales hagan lo que se les pegue la gana mientras se gasta millonadas en promoverse a si mismo con una imagen más falsa que Milli Vanilli. Y los diputados hipócritas pensando en darle “fast track” a la propuesta, al cabo el gober ya les hizo el jale…
Pareciera que jamás le contaron la fábula del cascabel del gato, aquella en que a un brillante ratoncito se le ocurre que, para que el gato ya no se coma a más de sus compadres ratones, le pongan un cascabel, para que el sonido los alerte, pero… ¿quien le pone el cascabel al gato?
Entre las sandeces de Rorry y su secretario no hay a cual irle.