Erase una vez dos hermanos, Negantonio y Optimacio, una navidad a Negantonio le regalaron un nintendo, y a Optimacio mierda de caballo. Preguntaron entonces a Negantonio “¿Que te regalaron?”, a lo que respondió “Un nintendo… pero pues ni le entiendo”. Preguntaron también a Optimacio, “¿Qué te regalaron?”, a lo que respondió: “¡Un caballo! ¡Pero no lo encuentro!”. Eso es ser positivo.
Lejos de ser fantasioso, ser positivo es ser valiente y tenaz, no se trata de ser un soñador y creer en imposibles, no, se trata de hacer lo máximo posible y recibir de buena gana los resultados. Puedes tener grandes ambiciones, irrealizables en el corto o mediano plazo, y los “realistas” pueden decirte “Es imposible” y probablemente lo sea, imposible si, aquí y ahora, conmigo y estas circunstancias, pero mañana, con otra personas y otras circunstancias, tal vez no sea tan imposible.
Podrá ser imposible completar tus deseos, metas y propósitos, pero tal vez puedas mejorar tus resultados, un 50, 10 o un mísero 1% y digas: “Lo tomo. Ya solo me falta 99%”. De eso se trata ser positivo, no de creer, de hacer, de lograr, seguir avanzando, progresar cada vez un poco más, mantener el paso, todos los días, dar una vuelta más, un golpe más, una venta más, un cliente más, un gol más. Uno más.