Nuestra muy estimada clase politica – si, esa que se aferra a su curul como chinche a su perro -, esta preocupada, muy preocupada por mantener el poder, por mantenerse comiendo pan caliente, sin merecerlo.
Cada que es campaña – que en este país parece que es permanente – nos vemos bombardeados por publicidad política hasta las narices, tal parecierá que el deporte nacional es “la polaca”.
“Nosotros SÍ hacemos algo” – dicen unos -, y se ponen a presumir el trabajo que hicieron durante su administración, ensalsandose de todas sus obras públicas y olvidando todo rezago y endeudamiento… Disculpenme, pero ¿Que no hacer su trabajo es su trabajo?
Y empiezan las guerritas de los medios, a ver quien gana el voto del público… ¿No vemos un patrón en esto? A estos politiquetes el pueblo solo les importa cuando quieren su voto, después, cual perro callejero, le dan una patada en las cuartas traseras y Au Revoir!
¿Por que no voltearles la tortilla? ¿Por que no mangonear al gobernante actual – sea del partido que sea -? Algo como, “O hacer bien tu trabajo y cumples nuestras demandas o por nuestra cuenta corre que no vuelves a ocupar un puesto de elección popular, te tendrás que conformar con las migajas que te den tus compinches”.
Si, ya sé, esto sería rebajarnos un poco a su nivel, pero, hay situaciones en las que no puedes evadir el meter las manos en el fango.
Es justo lo que hacen los sindicatos, y miren que bien les va. El chiste sería evitar a los líderes charros. ¿Cómo? Muy fácil: No cuotas. Asi es, todo por amor al arte, ni un solo peso se debería de cobrar por hacer una labor social como esta.
Estamos como estamos por que queremos, la unión hace la fuerza, tenemos todo el poder y todas las de ganar, sí y solo sí, nos decidimos y actuamos unidos.