¿Por que siempre me pasa lo peor? ¿Por qué el universo está en mi contra?
La respuesta es simple: Por que no pones atención. Si pusieras atención te darías cuenta de que pudiste evitar tu catástrofe. Estás distraído. Desconcentrado. Ido. No tienes la mente en donde debes de. Y todo esto pasa factura, más temprano que tarde, pasa factura. Y lo peor es que no te das cuenta. Ni siquiera lo notas, no eres conciente de tus descuidos y culpas a Murphy, a los demás, al “universo”.
El universo no te debe nada. Cuando llegaste, ya estaba allí. Tu té debes a ti mismo una explicación, del por qué te pusiste a jugar cuando debiste haberte puesto a trabajar, del por qué evadiste el trabajo, del porqué dejaste que te venciera el miedo, ya sea al fracaso o al éxito.
No es que “la vida te ponga pruebas”, es que tu insistes en dejar que se complique. “El huevón tiene dos trabajos”, decía Panchita, y estaba en lo correcto. Pero no solo es huevón el que “nomás está echao”, no, es huevón quien se distrae, quién pone excusas, quien no da el 100% de su dedicación a lo que hace, quién siempre piensa que “no le hace, al cabo todavía hay tiempo”.
El tiempo no retoña. El pasado está muerto, no podemos volver atrás. El presente es efímero y el tiempo es inexorable: Ya pasó un segundo, y otro, y otro más. Deja de actuar como si fueras a vivir mil años. Despierta. Y pon atención, para que “Murphy” no te haga tropezar.