Para lograr el auto control tienes que realizar una auto-inspección todo el tiempo, programar tu mente como una computadora, como un firewall que permanentemente se encuentre filtrando reacciones a estímulos externos.
Para lograr esto hay que determinar que es lo que te impulsa, que te motiva. El ser humano se compone de espíritu, mente, cuerpo y circunstancia, debes inspeccionar y calibrarte a ti mismo para conocer cuales estímulos provocan determinadas emociones, y de esta manera saber como contrarrestar las emociones negativas e impulsar las positivas.
El clásico ejemplo es el de control de la ira, en el que estás enojado y golpeas un costal o un muñeco para sacar tu furia. Pues bien, funciona de atrás hacia adelante: espíritu (emoción), mente (pensamiento), cuerpo (sensación), circunstancia (estímulo) y de adelante hacia atrás: circunstancia (estímulo), cuerpo (sensación), mente (pensamiento) y espíritu (emoción).
Estímulos y pensamientos pueden modificar el estado actual de tus emociones, y ciertas emociones pueden motivarte a entrar en acción o realizar determinadas actividades. Tu no puedes controlar tus emociones, tampoco las circunstancias ni el ambiente, pero puedes controlar tus pensamientos y tus acciones.
Si estas en un ambiente negativo puedes retirarte del mismo. Si tus circunstancia son negativas puedes controlar tus pensamientos y cultivar emociones positivas. Si tienes emociones negativas puedes buscar los estímulos adecuados para tranquilizarte, no siempre tendrás a la mano un costal de box para golpear si estas enojado, o un hombro para llorar si estas deprimido.
Utiliza lo que tienes siempre a la mano, tu mente y tu cuerpo, para disparar estímulos que contrarresten emociones negativas o no deseadas en el momento, y que impulsen las emociones positivas o deseadas en cada momento.
Esto requiere de mucha dedicación, de compromiso y disciplina, lograr el auto control no es para nada sencillo, pero es muy gratificante, útil y sobre todo provechoso.