Dejé de esperar que las personas estuvieran de acuerdo conmigo, y comencé a buscar como estar de acuerdo con ellas.
Dejé de esperar que la gente me respetara, y comencé a respetarme a mi mismo.
Dejé de esperar agradarle a la gente, y comencé a buscar personas que me agradan.
Dejé de esperar que la gente alcanzara mis estándares ideales, y comencé a aceptarla como es.
Dejé de esperar que las personas supieran lo que estoy pensando, y comencé a decírselos.
Dejé de esperar que la gente “estuviera bien” y comencé a cooperar para que lo estuvieran.
Deje de esperar que la gente cambie, y comencé a cambiar yo.
Dejé de esperar.